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26 de Septiembre de 2017

Adolescentes del centro semicerrado de La Araucanía se comprometen con pacientes oncológicos

En sus talleres realizan obras que aportan a mejorar la calidad de vida de enfermos del hogar de la Corporación Nacional del Cáncer, Conac.

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Jóvenes que cumplen sanción en el centro semicerrado de Temuco, realizaron su segunda entrega de cuadros pintados por ellos mismos al hogar de la Corporación Nacional del Cáncer. Las obras fueron recepcionadas por Silvia Urbina, directora del hogar que recibe a pacientes oncológicos de baja dificultad hospitalaria, que mayoritariamente provienen desde localidades alejadas de La Araucanía y que no cuentan con los recursos que demanda el tratamiento y atención de esta enfermedad: “Es una gran satisfacción que los adolescentes escojan nuestro centro para venir a dejar sus obras; al ver la sonrisa de los pacientes se evidencia la importancia que estos regalos tienen para ellos”, señaló.

En la ocasión, junto a la educadora de trato directo del centro semicerrado (CSC), Miriam Aravena, los jóvenes Matías y Sebastián, acompañados por la directora Silvia Urbina, realizaron un recorrido por las dependencias, donde pudieron observar no sólo la utilidad del aporte que realizaron, sino también la realidad que viven otras personas, permitiéndoles un mejor desarrollo en su reinserción: “Al venir acá, estos adolescentes también descubren que hay otros que sufren y que con su labor pueden hacer que nuestros pacientes sean más felices”, comentó Ena Bellemans, presidenta de la Corporación Nacional del Cáncer (Conac), con más de 30 años en la institución.

Por su parte, el director del CSC, Danol Godoy, explicó que “los  jóvenes realizan un trabajo con sentido social y de esta forma el taller de pintura se transforma en un medio para contribuir a la sociedad, en este caso, como un aporte en la estadía de personas con Cáncer, quienes viven una realidad incluso más compleja que la de los adolescentes con los cuales trabajamos”.

El aporte de las tres obras entregadas por los adolescentes se suma a los cinco cuadros regalados con anterioridad, gracias al taller de pintura dirigido por María Elena Forton.